Aunque las nuevas formas de celebración de la misa deben realizarse espiritualmente, no deben quedarse en un rito vacío. A partir de su preocupación por la dimensión profunda de la celebración de la misa, Guardini presenta al lector una idea que lo lleva a la esencia del culto religioso. A menudo, las nuevas formas de celebración de la misa parecen también estar agonizando; esto, por lo menos, es lo que muestra la experiencia de muchos de los que se ocupan del servicio religioso. Las reformas se quedan en lo superficial y formal en la medida en que no sean llevadas a cabo espiritualmente.